jueves, 4 de diciembre de 2008

Diego

Diego es mi amigo, y no es mi amigo por que sí. Es que Diego tiene el paso firme y la mirada serena. Con Diego soñamos trayectos imposibles y los recorremos a pie. A Diego se le llenan de sangre las venas con cada latido, y en cada gota de sangre deja hasta el último suspiro. Y no es que sea el ideal en vida, es solamente, que Diego tuvo la singular idea de vivir en un mundo justo. Y por que en un mundo justo nadie le pisa la cabeza a nadie, Diego no se dejó patotear por nadie, por nada, nunca más. Y como en un mundo justo nadie impone nada, Diego se dejó el pelo largo, lacio, hasta los omóplatos y creciendo. De vez en cuando un obrero chicato le grita algo, confundiéndolo. Diego tiene una hermana y vive con su madre. Será de tanto trato con mujeres que Diego tiene la delicadeza esa que le admiran tanto cuando besa. Diego es mi amigo porque en un mundo justo nadie se pierde a un amigo como Diego.

A Diego casi no lo conozco. Lo vi a Diego una sola vez, en una foto con su hermana, contra la pared de un colegio como el mío. Sé de Diego que tuvo la peculiar idea de vivir en un mundo justo. Y porque en un mundo justo nadie le pisa la cabeza a nadie, Diego no se dejó patotear. Y como el mundo no era justo, Diego lo quiso cambiar. A Diego lo mataron de bala y con su sangre decretaron que el mundo no era justo. Diego tenía un amigo y lo lloró a Diego, porque era su amigo. Lo lloró igual que lloro yo porque, aunque no lo haya conocido, Diego es mi amigo.

El amigo de Diego tuvo un hijo.

Diego sabe que cuando levanta la mano en el aula, el celador le pone presente a Aguirre y a Hunziker. Porque en un mundo justo el plomo no calla la voz, y los hombres viven mucho más que la vida. Y éste, aunque no les guste a los patoteros que pisan cabezas, éste va a ser un mundo justo.

Diego Hunziker era un chico de 17 años, alumno del Colegio Nacional de Monserrat, que participaba en la Unión de Estudiantes Secundarios. Fue secuestrado el 4 de Septiembre de 1976, estuvo detenido en el campo La Ribera, luego trasladado a la Perla y hasta el día de hoy permanece desaparecido. Enrique Aguirre había conocido a Diego Hunziker en el Colegio Nacional de Montserrat y eran amigos. Diego Aguirre se llama así en memoria del nombre del amigo de su padre.

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