lunes, 22 de diciembre de 2008




Alguien se ajusta los cordones
porque también se ajusta el cordón policial
Alguien canta, y se escucha cantar
a si mismo en los miles a su alrededor
Por fin algo de libertad en la ciudad
Alguien mira y se deja mirar
hay tanta luz en la avenida
Todos se juntan y juntos van
a ver si en la plaza San Martín
ya es de mediodía

Tanto de colonia tiene esta ciudad
escondido en los ladrillos de su catedral
en el césped bien contado de su plaza central
en la fachada del banco multinacional.
Cada tanto, sin un motivo más exacto
que la exacta necesidad, la exacta libertad de rebelarse
Cada tanto la avenida declara el paro general
y se levantan los cordones de las veredas
y los vidrios se suicidan del espanto
Abandona su concurrida soledad la plaza central
Lo acompañan los pasos y el esfuerzo de los valientes
Nada se esconde bajo la capucha
ese es mi rostro, ese es el rostro igual de todos
Nada destruyen esas piedras
sólo golpean contra la mediocridad, la injusta mediocridad
la mediocre injusticia.

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